NUESTROS CUERPOS, NUESTROS RECURSOS, NUESTRA DEMOCRACIA NO SE VENDEN

Estos congresistas, fueron elegidos por nosotras y nosotros para que en nuestro nombre tomen las decisiones correctas para fortalecer nuestra frágil democracia, para legislar en favor de nuestros derechos civiles, sociales, políticos y económicos; de la protección de nuestras tierras, aguas, bosques y aire.

Sin embargo contradiciendo el mandato que recibieron de la ciudadanía:

Estos congresistas, han aprobado leyes con recortes y modificaciones según sus creencias religiosas en detrimento de los derechos de niñas y mujeres a decidir sobre sus cuerpos, afectando su salud y sus vidas.

Estos congresistas, han aprobado una ley contra crímenes de odio excluyendo a las personas lesbianas, gays y trans, quedando éstas más vulnerables a la violencia lesbo, homo y transfóbica que ya cobró dos nuevas víctimas  en las últimas semanas.

Pero si hay algo que ha llenado de indignación a la ciudadanía es la forma vil y corrupta con la que pretendieron elegir a la representante de la Defensoría del Pueblo y a los miembros del Tribunal Constitucional, Instituciones que desde su creación han sido baluartes para la democracia en nuestro país y garantía de los derechos humanos de todas y todos las y los peruanas/os.

Estos congresistas, representantes de este gobierno que elegimos para que  Keiko Fujimori, heredera de la dictadura  nefasta, corrupta y violadora de DDHH  que su padre encabezó, no tomara nuevamente nuestro país;  acordaron con los representantes  de ese  dictador  repartirse los cargos de la Defensoría y el TC  que rescatamos al igual que nuestra democracia  en el año 2000 de las garras de Fujimori y Montesinos.

Por eso las voces en las calles no sólo son contra el Congreso, sino contra el gran traidor Ollanta Humala. Las voces indignadas de ciudadanas y ciudadanos se hicieron sentir en las calles “¡Abajo la Repartija!  ¡Ollanta y Fujimori la misma porquería! ¡Vamos Pueblo Carajo el Pueblo No Se Rinde Carajo!»