INVESTIGACIONES SOBRE EL CONTAGIO ENTRE MUJERES
Hasta diciembre de 1998 se había informado de 109,311 casos de mujeres con SIDA en Estados Unidos. De ellas, 2,220 habían incurrido en actos sexuales con mujeres; no obstante, la vasta mayoría había tenido otros comportamientos de riesgo (uso de drogas inyectables, relaciones sexuales con hombres de alto riesgo, o haber recibido sangre o productos sanguíneos). De éstas, 347 mujeres habían tenido relaciones sexuales solamente con mujeres, de las cuales, el 98% también tuvo otras posibles fuentes de contagio (la mayoría, uso de drogas inyectables).

En un estudio realizado en el área metropolitana de Nueva York a 52 mujeres jóvenes lesbianas /bisexuales , se encontró que:
▪ 25% había tenido parejas masculinas durante los seis meses anteriores;
▪ 22% había tenido sexo vaginal no protegido;
▪ 7% había tenido sexo anal no protegido;
▪ 35% había tenido sexo con mujeres que habían tenido sexo con hombres durante los seis meses anteriores.

En conclusión, debido a las conductas de riesgo documentadas, las jóvenes lesbianas y bisexuales corren un riesgo significante de problemas de salud, y de abuso de drogas.

En otro estudio sobre pautas conductuales de riesgo realizado entre 1,088 lesbianas y mujeres bisexuales se encontró que:
▪ 16% tenía relaciones sexuales con hombres bisexuales;
▪ 2.5% consumía drogas inyectables;
▪ 4% tenía relaciones sexuales con usuarios de drogas inyectables;
▪ 8% tenía relaciones sexuales con usuarias de drogas inyectables;
▪ 21% estaba involucrada en relaciones potencialmente riesgosas;
▪ 75% ignoraba todo sobre técnicas de sexo seguro;
▪ 9% tenía alguna idea sobre técnicas de sexo seguro.

LAS LESBIANAS NECESITAN CUIDARSE DEL VIH/SIDA
Uno de los mitos sobre el VIH/SIDA más comunes dentro de la comunidad lésbica es la de su propia invulnerabilidad. El riesgo de contagio con VIH de las mujeres que tienen sexo con mujeres es el mismo que el de todos, depende de lo que hagan. La identidad sexual y la conducta sexual no siempre van de la mano; por ejemplo, la mujer que se identifica a sí misma como lesbiana puede estar teniendo relaciones sexuales con hombres y no toda mujer que tiene sexo con mujeres se identifica como lesbiana o bisexual.

Como son menos visibles, la comunidad lésbica -y muchos investigadores y científicos – no se ha preocupado sobre el problema del VIH y las lesbianas. Es posible que el flujo vaginal de las mujeres seropositivas pueda tener una alta concentración de VIH, y especialmente cuando hay presencia de otras ITS. La convicción que las lesbianas serían excluidas de la transmisión del VIH es tanto errónea como peligrosa, puesto que el límite al que se le circunscribió (población gay) nunca existió.

Por ejemplo, un estudio realizado por Ser Positivas y Creación Positiva en Madrid y Cataluña, 2003, a 268 mujeres seropositivas, demostró que el VIH/SIDA no es algo que afecte siempre a las/los otras/os: lesbianas (2.8%) y bisexuales (6.8%), al margen de cuál haya sido la vía de transmisión.

La homofobia actúa como barrera para el acceso de las lesbianas a los recursos socio-sanitarios y a un mejor cuidado de nuestra salud; contribuye a retroalimentar nuestra invisibilidad y la de nuestras relaciones homosexuales dentro del sistema sanitario y en el imaginario colectivo. Todo ello contribuye a obstaculizar la normalización de la visita ginecológica periódica de la mujer lesbiana, y el diálogo abierto con los profesionales de atención primaria respecto a cuestiones que tienen que ver con lo sexual, apoyado por la presunción general de heterosexualidad. Podemos ir con nuestras parejas a consulta, pero siempre se “entenderá” que es nuestra amiga, nunca nuestra pareja.

La confusión sobre su transmisión por el sexo entre mujeres está sustentada en la invisibilidad y el doble discurso que se realiza desde las instituciones sanitarias y que las mujeres lesbianas hemos interiorizado. El cunnilingus: si una pareja heterosexual la realiza, es una práctica de bajo riesgo para la transmisión del VIH, pero si es realizada por una pareja de lesbianas el riesgo para la transmisión del VIH ni siquiera es nombrado.

Las mujeres lesbianas hemos interiorizado que si no hay relaciones heterosexuales somos inmunes al VIH y a otras ITS y, por lo tanto, no debemos hacernos revisiones ginecológicas. Pero las lesbianas tenemos derecho a una buena salud sexual entendida en un sentido amplio “incluyendo la prevención y tratamiento de las enfermedades y otros trastornos, de tipo sanitario, psicológico, emocional y social que interfieren en la sexualidad”.

Ausentarnos de los sistemas de vigilancia médica periódica nos hace vulnerables frente a las consecuencias de bastantes ITS complicándolas, como en el caso del Virus del Papiloma Humano (VPH) causante del 70% de los canceres de cuello uterino. Un estudio realizado en EE.UU. en 1993 sobre el cáncer de mama dice que los tres factores que se correlacionan con el riesgo de padecer cáncer de mama son: ser mayores de 50 años, uso de alcohol y no haber sido madre. Las mujeres que reúnen estos factores de riesgo tienen de dos a tres veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad. Muchas mujeres lesbianas podemos reconocernos en el perfil descrito; no por ser lesbiana, sino por reunir estos factores de riesgo. Las revisiones ginecológicas son la mejor arma que tenemos para prevenir el cáncer de cuello uterino y el cáncer de mama.

FACTORES QUE AUMENTAN LOS RIESGOS
Los factores económicos, sociales y ambientales pueden constituir una barrera para la prevención. Las mujeres que tienen sexo con mujeres con bajo nivel económico, que usan drogas, sin un hogar estable, o sometidas a la violencia, pueden estar recurriendo al sexo comercial como forma de supervivencia. Asimismo, las expectativas en torno a la heterosexualidad y la homofobia pueden estar contribuyendo al incremento en las conductas de riesgo entre algunas mujeres con prácticas homosexuales. Un estudio con jóvenes lesbianas de San Francisco, California, encontró que usaban alcohol y drogas, tenían relaciones sexuales sin protección con hombres como una forma de responder a las presiones sociales.

POSIBILIDAD DE TRANSMISIÓN DEL VIH
1. La presencia del VIH.
2. Un fluido capaz de trasmitirlo de la persona seropositiva (sangre, semen y flujo vaginal).
3. Una puerta de entrada al organismo de la persona seronegativa (heridas, microheridas, mucosa vaginal, anal y bucal).

Es importante conocer la condición propia y de su pareja respecto al VIH. Este conocimiento puede ayudar a las mujeres que no han sido infectadas a comenzar y mantener cambios de comportamiento que reduzcan su riesgo de infección. Para las mujeres que descubren que están infectadas, puede ayudarlas a conseguir tratamiento temprano y a prevenir el contagio a otras personas.

SEXO LÉSBICO SEGURO:
No todas las prácticas sexuales representan el mismo riesgo para la transmisión del VIH:
▪ El tribadismo (frotar el clítoris contra el muslo de la compañera sexual): es una de las formas más seguras, porque el intercambio de fluidos corporales es mínimo.
▪ El cunnilingus: es una práctica de muy bajo riesgo para la transmisión de VIH. Para reducirlo más puedes utilizar un cuadrante de látex, plástico de envolver alimentos o un preservativo abierto. Si no usas nada, observa que no haya presencia de sangre menstrual o llagas y que no tengas heridas en la boca.
▪ En prácticas penetrativas (anal y vaginal) con juguetes sexuales: no los intercambies. Si lo haces, usa preservativo para cada una o lávalos con agua y jabón.
▪ En prácticas penetrativas (anal y vaginal) con los dedos: si penetras sucesivamente a tu compañera y a ti misma, habría riesgo si hubiera presencia de sangre menstrual y si tienes heridas, quemaduras, si te muerdes las uñas … Utiliza guantes o dediles. Tanto para penetración con dedos como con juguetes usa, además, lubricantes hidrosolubles. Lo hará más placentero y disminuirá el riesgo.

SEXO LÉSBICO INSEGURO:
▪ Sexo oral desprotegido, si la compañera tiene una infección vaginal o está menstruando.
▪ Contacto entre boca y ano sin protección.
▪ Contacto entre mano y vagina, mano y ano sin protección, si hay heridas en las manos o las uñas están demasiado cortas.
▪ Compartir juguetes sexuales sin preservativo, o sin lubricante y sin desinfección.
▪ Penetración con los dedos con uñas largas y heridas en las manos, pues las uñas rompen las paredes y tejidos que producen sangrados.
▪ Orina y heces en la boca o en la vagina o en manos con heridas.

LOS PROFESIONALES DE ASISTENCIA MÉDICA DEBEN RECORDAR QUE:
▪ La identidad sexual no predice necesariamente el comportamiento, y que las mujeres que se identifican como lesbianas podrían estar en riesgo de contraer el VIH por medio de actos sexuales sin protección con hombres.
▪ Las intervenciones de protección dirigidas a las mujeres que tienen sexo con mujeres (MSM) tienen que contemplar comportamientos que las ponen en riesgo de contraer la infección del VIH, como el uso de drogas inyectables, el coito vagina-pene sin protección.

Practicar sexo seguro no quiere decir que el sexo deje de ser divertido o que nos tengamos que plastificar de pies a cabeza.

FUENTES:
▪ Univ. de California en San Francisco. ¿Qué necesitan las mujeres que tienen sexo con mujeres en la prevención del VIH?
▪ Marisa Planet. Mujeres Lesbianas Frente a la Infección por VIH/SIDA. Grupo de Prevención de VIH de COGAM.
▪ CIPAC/DDHH. SIDA en Mujeres Lesbianas.
▪ Anodis, 2 de mayo de 2005.

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