Tan difícil es entender que las mujeres no somos un sector
Ma. Jennie Dador*
El presidente Ollanta Humala ha señalado en su discurso de 28 de julio, que su gobierno está sentando las bases para una gestión gubernamental que enfrente las desigualdades, especialmente las de género, de manera decidida y eficaz. Para ello, agrega, se cuenta con un Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables con rectoría en materia de género, violencia contra la mujer y violencia familiar.
Sin embargo, nada dice sobre cuál será la estrategia transectorial del supuesto ente rector en igualdad de género, para que cada uno de los programas lanzados o renombrados, constituya a su vez una posibilidad real y eficaz para mejorar la igualdad de oportunidades de las mujeres.
Por ejemplo, el Programa “Cuna Más”, además del derecho propio de las y los infantes a ser cuidados, facilita la inserción y permanencia de las mujeres en el mercado laboral y a su vez puede ayudar a modificar imaginarios culturales dirigiendo estos servicios de cuidado infantil también a los varones padres; “Beca 18”, tendría que desarrollar una estrategia para que las adolescentes rurales no abandonen la escuela, logren un alto rendimiento y accedan a la formación superior, no se debe olvidar que según datos de la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo-ENUT, se evidencia que desde los 12 años, las adolescentes disponen de tres horas diarias menos que sus pares varones, ya que ellas deben realizar o apoyar en el trabajo doméstico no remunerado.
Para “Pensión 65”, tendría que pensarse en medidas compensatorias que privilegien una mayor cobertura de mujeres, considerando que muchas de ellas no accedieron al mercado de trabajo formal y que el trabajo doméstico desempeñado para cuidar a sus familias no es considerado como tal y por tanto no les ha generado una renta pensionable.
Y para los programas de empleo “Trabaja Perú” y “Jóvenes a la Obra”, se debería ofrecer mayores oportunidades a las mujeres y en el caso de los varones habría que garantizar el pago de las obligaciones alimentarias. Y en “Juntos” ¿no se podría acaso pensarse en condicionantes que mejoren la vida y la salud de las propias mujeres y no solo su instrumentalización para mejorar a su prole?
Pero si nada de esto se ha pensado, no pretenda el señor presidente Ollanta Humala hacernos creer que tenemos un ente rector de la igualdad de género y que se va a revertir la desigualdad y subordinación en la que vivimos las mujeres peruanas solo con más servicios del “sector mujer” para la atención a víctimas de violencia. Está equivocado o entendió mal la demanda de las organizaciones de mujeres.
(*) Abogada, feminista.